Tengo ganas de tenerte cerca, de
abrazarte, de quererte más de lo que te quiero; no es que te esté extrañando sino que tengo
ganas: ganas de acariciarte, de besarte y de sentir como casi siempre te siento…
aquí, en el corazón.
Te amo sobre todo cuando veo tu
felicidad, esa que me demuestras cuando sonríes y cuando callas -cuando me miras- cuando me
pides que me quede y cuando me dices que me amas. Te amo porque me enseñas cada
día amar…