Te lo dedico porque me tienes
harta, pero sobretodo con una pena inmensa. No sé qué te pasó, ni desde cuando
cambiaste todo lo que pensabas, ni por qué, ni tú por qué. Que mierda te pasa
que te pones a mi lado y a penas me miras, haces como si me hubieses olvidado,
como si te hubiese hecho un daño irreparable, el cual no lo podrás superars. Pendeja
de mierda!
Y qué te pasa? Es que no será
mucho besar a otra, tirarte a otra, pensar en otra y sentirte bien igual. No será
mucho tragarte saliva, guardar tus lágrimas y preferir aguantar porque sabes
que tu futuro estará bien así. No será mucho tener que callarte tanto y guardar
tanto silencio para hacer creer que todo está bien. No será mucho sonreírle al
mundo para que todos te vean feliz. No será mucho, no será mucho, no será
mucho. Sí, todo eso con un gran signo de pregunta, seguido de miles de
exclamaciones.
Pendeja, colmas mi paciencia, y
no por ti, sino que por mí. Me cansas y agobias, a veces incluso quisiera
sacarte esa cabeza y tirarla por el inodoro, o mandarte a la chucha o acabarte
como en un suspiro. Me carga que te des cuenta y no hagas nada, me carga que
sigas haciéndote la valiente y que todos te vean feliz.
Cambia pendeja que la única que
se hace daño eres tú. La única que termina mal eres tú y la única infeliz eres
tú.
Con cariño, tú lo sabes…
Ahora yo. Ahora tú. Ahora pena. Ahora
hay tantas ganas de ponerme a llorar…